Pocos científicos han podido presumir de un curriculum tan envidiable como el de Marie Sklodowska, más conocida como Marie Curie. En sólo tres años se graduó en La Sorbona en física con el número uno de su promoción y en matemáticas con el número dos. Fue la primera mujer en recibir un premio Nobel, (el de física en 1903, junto a su marido, Pierre Curie y a Henri Becquerel por el descubrimiento de la radiactividad natural). Fue también la primera persona en recibir dos premios Nobel (recibió el de química en 1911 por el aislamiento de un gramo de radio puro) y a día de hoy es la única persona que posee dos premios Nobel en dos campos distintos de la ciencia. Primera mujer en conseguir una cátedra en La Sorbona, fue además un verdadero ejemplo a seguir en todos los sentidos.
De ella dijo Einstein "de todos los personajes famosos, Marie Curie es el único no corrompido por la fama" y es que si bien Marie Curie tuvo la opción de enriquecerse con sus descubrimientos, jamás hizo uso de ella y siempre donó todos sus estudios al resto de la humanidad.
Tras el descubrimiento por parte de Becquerel en 1896 de la radiactividad natural, (fenómeno que ocurre en los núcleos de ciertos elementos, inestables, que son capaces de transformarse espontáneamente en núcleos atómicos de otros elementos mas estables), en un mineral que contiene uranio llamado pechblenda, los Curie se concentraron en aislar las sustancias que producían dicha radiactividad. De esta manera descubrieron dos nuevos elementos; el Polonio, que recibió el nombre en honor a la patria de Marie y en claro gesto nacionalista, ya que en aquella época Polonia era parte de la Rusia zarista, y el Radio, que recibió su nombre debido a su alto poder radiactivo.
En 1902, preguntada por sus colegas estadounidenses por sus descubrimientos sobre la radiactividad, tuvo la oportunidad de patentarlos y lucrarse con ellos. En lugar de ello, mandó una carta abierta a toda la comunidad científica exponiendo todo su trabajo. Esta acción, aplaudida por sus colegas, le valió el reconocimiento mundial a su trabajo y trajo con el su primer premio Nobel, (Física, 1903).
Tras la trágica muerte de Pierre en 1906, Marie ocupa su cátedra de física en La Sorbona y centra sus trabajos en aislar radio puro, ( hasta entonces sólo habían conseguido sales de radio), hecho que consigue en 1910 al aislar un gramo de radio puro y por el que le conceden el Nobel de química en 1911. Es en este punto donde Marie da muestra de nuevo de su enorme calidad humana, dejando sin patentar los procesos de aislamiento del radio y donando el gramo conseguido a la comunidad científica para sus estudios. Posteriormente, en uno de sus viajes a Estados Unidos para participar en un ciclo de conferencias y tras una colecta organizada por una asociación de mujeres americanas, le regalan otro gramo de radio puro, (valorado en unos 100 000 dólares de la época) que ella vuelve a donar, en este caso al instituto del radio de Varsovia.
Convencida de que sus trabajos podían tener enormes aplicaciones en medicina, durante la primera guerra mundial, formó a 200 enfermeras y organizó una pequeña flota de coches que llevaban al frente francés maquinaria capaz de utilizar los rayos X para realizar radiografías a los soldados heridos en combate. Ella misma condujo uno de esos coches que fueron bautizados como los "petit Curie", probablemente movida por sus propias convicciones, "la mejor vida no es la más larga, sino la más rica en buenas acciones".
Austera como nadie, durante sus años de estudio en París, disponía únicamente de unos tres francos diarios, con los que pagaba una pequeña habitación y una estricta dieta de té, pan y mantequilla. Lo poco que le sobraba lo empleaba en comprar libros. Siempre prestó mucha más importancia a alimentar su mente que su cuerpo; en ocasiones se olvidaba de comer, embebida como estaba en sus trabajos de laboratorio y en más de una ocasión sufrió anemia. Para recoger el Nobel de física en 1903, se compro un excelente vestido negro, que volvió a lucir al recoger su segundo Nobel en 1911.
Marie fue, sin duda una excelente mujer, una excelente científica y sobre todo una gran persona.
Los Curie tuvieron dos hijas, (curiosa debía ser la genética de los Sklodowska, ya que Marie provenía de una familia de cinco hermanas), Irene y Eva. Y como una genética tan privilegiada no podía fallar, su hija mayor, Irene Curie, siguió sus pasos en el campo de la física y el estudió de las radiaciones y al año siguiente de la muerte de su madre, recibió el Nobel de química en 1935, por el descubrimiento de la radiactividad artificial. Su hija menor, Eva Curie, conocida periodista, escribió la biografía de su madre, "Madame Curie", best-seller que fue publicado en 1937.
Y como mujer pionera en todo, Marie Curie, lo fue incluso en su descanso eterno. Muerta en 1934 por una leucemia provocada por tantos años de manipulación de sustancias radiactivas, en 1995 sus restos fueron trasladados junto a los de su esposo al Panteón de París, siendo la única mujer que ha ingresado allí por méritos propios.
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